Caminos del agua
Antología de poetas italianos del segundo Novecientos
Prólogo, selección y notas de Erika Reginato
Biancamaria Frabotta
Cesare Viviani
Loretto Rafanelli
Marina Corona
Mario Santagostini
Giancarlo Pontiggia
Tiziano Broggiato
Anna Buoninsegni
Silvia Bre
Giovanna Sicari
Enrico Testa
Alessandro Ceni
Alba Donati
Stefano Guglielmin
Marco Marangoni
Gianfranco Lauretano
Maria Grazia Calandrone
Alberto Cappi
Erika Reginato
Todo es una aventura: conocerte, escucharte, hablar contigo y amarte. Las formas de la poesía son las aventuras que nos hablan, que nos cantan, que nos acompañan.
miércoles, 29 de octubre de 2008
de Día de San José (1999)
Las sábanas de mi padre
no podrán ser usadas
Cuando subía la marea
él inclinaba las velas
Borda arriba
Borda abajo
Nunca se detenía
Pero una noche se detuvo
cinco veces
La primera
en la cocina
la segunda
cerca de la ventana
la tercera
encendió la lámpara
la cuarta
con el pecho abierto
se vio en el espejo
la última vez
naufragó en la penuria
Erika Reginato
no podrán ser usadas
Cuando subía la marea
él inclinaba las velas
Borda arriba
Borda abajo
Nunca se detenía
Pero una noche se detuvo
cinco veces
La primera
en la cocina
la segunda
cerca de la ventana
la tercera
encendió la lámpara
la cuarta
con el pecho abierto
se vio en el espejo
la última vez
naufragó en la penuria
Erika Reginato
de Campo Croce, Erika Reginato (2008)
Levedad
Piernas entrelazadas en un sueño.
¿Quién conoce
las sábanas de un muerto,
el alivio del agua,
su mano arrugada en la angustia?
¿Quién siente el escalofrío en su cuello?
Una madrugada de lluvia,
cuando los pájaros cantan despacio
nuestros nombres,
sentimos la seguridad de tocar el vacío,
palpar lo desconocido
bajo el temblor de las horas.
En ese instante,
los fantasmas de Chagall
vuelan por la ciudad.
La boca seca
te anuncia.
Piernas entrelazadas en un sueño.
¿Quién conoce
las sábanas de un muerto,
el alivio del agua,
su mano arrugada en la angustia?
¿Quién siente el escalofrío en su cuello?
Una madrugada de lluvia,
cuando los pájaros cantan despacio
nuestros nombres,
sentimos la seguridad de tocar el vacío,
palpar lo desconocido
bajo el temblor de las horas.
En ese instante,
los fantasmas de Chagall
vuelan por la ciudad.
La boca seca
te anuncia.
de Campocroce (2008), Erika Reginato
Verano
Crespano del Grappa, 26 de julio
Recuérdame tía Lena
cuánto he amado
el día que me peinaste
y fuimos a pasear a las colinas
con otros tíos.
Dime la palabra sin voz
con la garganta seca,
la historia del misterio
del árbol de la casa
que no caerá en los siglos.
Escribe mis errores
y cuenta cómo eran ellos.
Entonces los muertos,
los míos,
estarán en paz
quietos en las pinturas.
Campocroce se esconde
recoge mi cuerpo,
dibuja el sonido grave,
la luz entre sus hojas.
Estate
Crespano del Grappa 26 luglio
Ricordami zia Lena
quanto ho amato
il giorno in cui mi pettinasti
e andammo a passeggiare in collina
con altri zii.
Dimmi la parola senza voce
con la gola secca,
la storia del mistero
dell’albero della casa
che non cadrà nei secoli.
Scrivi i miei errori
e racconta di loro.
Allora i morti,
i miei,
staranno in pace
quieti nei quadri.
Campocroce si nasconde
raccoglie il mio corpo,
disegna il suono grave,
la luce tra le foglie.
De Erika Reginato
Crespano del Grappa, 26 de julio
Recuérdame tía Lena
cuánto he amado
el día que me peinaste
y fuimos a pasear a las colinas
con otros tíos.
Dime la palabra sin voz
con la garganta seca,
la historia del misterio
del árbol de la casa
que no caerá en los siglos.
Escribe mis errores
y cuenta cómo eran ellos.
Entonces los muertos,
los míos,
estarán en paz
quietos en las pinturas.
Campocroce se esconde
recoge mi cuerpo,
dibuja el sonido grave,
la luz entre sus hojas.
Estate
Crespano del Grappa 26 luglio
Ricordami zia Lena
quanto ho amato
il giorno in cui mi pettinasti
e andammo a passeggiare in collina
con altri zii.
Dimmi la parola senza voce
con la gola secca,
la storia del mistero
dell’albero della casa
che non cadrà nei secoli.
Scrivi i miei errori
e racconta di loro.
Allora i morti,
i miei,
staranno in pace
quieti nei quadri.
Campocroce si nasconde
raccoglie il mio corpo,
disegna il suono grave,
la luce tra le foglie.
De Erika Reginato
domingo, 26 de octubre de 2008
La luz que nos enceguece...
Sólo observar la claridad en la arena nos puede dejar ciegos. Recordemos al pintor Armando Reverón en sus paisajes más blancos, en su visión de palmeras tropicales en su Macuto o en la disolución del color de sus autoretratos y así pienso en Van Gogh y en su desmesurada invocación de lo amarillo en cambio de un poco de locura. ¿Quién ríe? ¿Dónde está ese Dios pagano del paisaje?
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