domingo, 26 de octubre de 2008

La luz que nos enceguece...

Sólo observar la claridad en la arena nos puede dejar ciegos. Recordemos al pintor Armando Reverón en sus paisajes más blancos, en su visión de palmeras tropicales en su Macuto o en la disolución del color de sus autoretratos y así pienso en Van Gogh y en su desmesurada invocación de lo amarillo en cambio de un poco de locura. ¿Quién ríe? ¿Dónde está ese Dios pagano del paisaje?

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